domingo, 23 de octubre de 2011

Amor fugaz

    Con mis audifonos escuchando rap en el paradero, una mano en el bolsillo y el indice de la otra levantado para detener la micro, mi travesia comenzaba. Brotaba en mi el sentimiento de soledad aún estando redeado de mil egos, individuos absortos en puntos diferentes tratando de evitarse con la mirada. Siento tristeza de pensar en el individualismo colectivo en el que vivimos, mas lo ignoro al transformarse progresivamente en costumbre. Fuimos criados asi, supongo.
    Un día de rutina como cualquier otro, inserto en el mes más gélido, eso diría de no ser porque en aquel alba, de entre el universo egolatra que circulaba al interior del bus, brillaba una inusual estrella. Era como la luna que iluminaba sobre el manto de oscuridad que proporcionaba ese lúgubre ambiente. Una escolar de mi edad, me logré percatar por el jumper y el nivel de la obra que traía en sus pequeñas manos.
    Me robó la concentración en ese momento con su semblante risueño y sus ojos de ternura somnolienta, denotando inocencia en la forma de apreciar el libro. Imposible era no admirarla destacando entre las sombras de altas marionetas de cuello y corbata, sin embargo a nadie parecia importarle su sola presencia, obviamente seguían todos enajenados en sus mundos.
    Toda mi atención era para ella, mirándola sesgadamente pero parecia no advertirlo. Creo que lo llaman amor a primera vista. Su existencia en ese lugar me ponía nervioso, mis movimientos de manos eran errados e intentar dejar de mirarla era una odisea aun cuando el solo hecho de pensar en hablarle, se convertia en un laberinto de emociones encontradas.
    Si la tuviera conmigo daría todo por hacerla feliz, dándole cariño, escuchándola, apreciandola, brindandole abrigo y compañia en esa fria mañana de invierno.
    Luego de observarla durante unos minutos, me decidí a hablarle. Me acerqué esquivando las personas que estorbaban en mi camino a la felicidad, mientras ella tocó el timbre se fue debilitando mi entusiasmo. Cuando llegé a ella la micro se detuvo, cerre los ojos en busca de inspiración y con una sonrisa le dije:
 -Hola.
    Pero ella ya se había bajado, se cerraron las puertas y por la ventana pude verla caminando con su cabello al viento, susurré un adios y ella hizo un gesto con la mano, cuando asimilié que se estaba despidiendo desaparecio de mi campo visual, miré al cielo y me dije 'mañana será otro día'

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